Las últimas semanas han estado marcadas por caídas pronunciadas en el S&P 500, generando preocupación entre los inversores y titulares alarmistas en los medios. Pero a menudo, cuando la percepción negativa se convierte en consenso, es cuando empiezan a surgir las oportunidades. Personalmente, creo que nos encontramos en un momento con mucho más potencial alcista que riesgo de nuevas caídas.
Un ambiente cargado de miedo
Lo que más me llama la atención últimamente es el clima emocional que rodea a los mercados. El temor se ha apoderado de buena parte de los inversores, tanto particulares como profesionales. Los titulares son cada vez más dramáticos, las redes sociales rebosan de pronósticos oscuros y muchos gestores están apostando claramente a la baja.
Históricamente, este tipo de sentimiento extremo ha coincidido con puntos de inflexión. Cuando todo el mundo está posicionado para lo peor, el mercado suele sorprender.
¿Ya se ha descontado el peor escenario?
La presión vendedora de los grandes inversores ha sido contundente. Han adoptado estrategias defensivas: venta masiva de activos, coberturas agresivas y un posicionamiento abiertamente pesimista. Todo esto ha llevado al mercado a reflejar una visión muy negativa del futuro inmediato.
Algunos indicadores apuntan a que se ha llegado a anticipar una recesión inminente, con una política monetaria que se relajaría de forma muy agresiva. Sin embargo, los datos macroeconómicos, especialmente en empleo y consumo, aún muestran resiliencia. Esto refuerza la idea de que la negatividad actual podría estar sobredimensionada.
Qué factores podrían cambiar el panorama
Las tensiones comerciales y la incertidumbre geopolítica han sido los principales motores del miedo reciente. Pero cualquier gesto conciliador o avance, por pequeño que sea, en las relaciones internacionales (especialmente entre EE.UU. y China) podría actuar como catalizador de un giro positivo.
En momentos como este, el mercado necesita simplemente un motivo para cambiar de narrativa. Y cuando todo está tan descontado a la baja, incluso noticias neutras pueden desencadenar subidas intensas.

Señales que suelen preceder a un rebote
Hay una serie de indicadores que están enviando señales claras de alarma emocional: el VIX ha subido con fuerza y muestra una estructura que rara vez se mantiene durante mucho tiempo. Además, gran parte del S&P 500 cotiza por debajo de referencias técnicas de largo plazo, lo que también ha sido en otras ocasiones antesala de fuertes rebotes.
Estos datos, lejos de confirmarme que debamos seguir esperando caídas, me hacen pensar que estamos muy cerca de un punto de giro.
Mi visión personal del momento actual
No creo que estemos ante un desplome prolongado. Más bien, veo signos de agotamiento en la corrección. Es posible que el mercado necesite todavía consolidar durante un tiempo, pero los ingredientes para una recuperación sólida están sobre la mesa.
Un eventual acuerdo comercial, aunque sea parcial, o simplemente una mejora en el tono de los líderes políticos, podría cambiar rápidamente la percepción general. Eso abriría la puerta a nuevas subidas sostenidas en los índices.
Mirando al medio plazo con optimismo
Mi impresión es que dentro de unos meses veremos estos niveles como una oportunidad clara que muchos dejaron pasar por miedo. No se trata de ser ingenuos, sino de entender cómo funciona el mercado y cómo suele comportarse en situaciones de pánico.
La mayoría ahora mismo está posicionada a la defensiva. Precisamente por eso, cualquier cambio de narrativa puede tener un efecto amplificado. Y ahí es donde pueden surgir las oportunidades que cambian tu cartera.
